Ya está aquí el Europeo. Y no, no me refiero al que recordamos con Gasol y sus boys machacando el aro, ni tampoco al del niño Torres pasando por encima de Alemania. Me refiero al auténtico Europeo, el de sudar la camiseta de verdad, el de correr de principio a fin, pero sobre todo el Europeo de los países pequeños. Ha llegado el momento. Ahora que la pequeña y modesta Suiza se cepilla a la todopoderosa España, es el momento de que los Amigos Andorranos den su justa medida en Barcelona y se lo pongan difícil a los bárbaros de más allá de los pirineos (a Españoles y Portuñoles les dejamos que nos acompañen).
Y es el momento porque ya se ha demostrado que el triunfo no depende del tamaño (dónde están China o Rusia en el mundial?), ni del dinero (el Alcorcón o el caja laboral bien lo saben), sino de la motivación. El triunfador lo es por su fortaleza mental, lo cree y lo lucha, y sus piernas simplemente le obedecen.
Y a eso, a ganas, a ilusión y motivación no nos gana nadie.
Ánimo amigos, seguid trabajando, que la recompensa llegará. Alan, sigue corriendo, solo o con gente, con ganas o sin ellas, con lluvia o con sol, y luego cómete un caballo, para que te pongas como un toro. Que Barcelona os espera, y llegar va a ser la hostia.
Os seguiré por la tele, ahí es nada, la tele...
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